Thomaz Albornoz Neves / En la capucha del mirar
Thomaz Albornoz Neves |
Rafael Courtoisie
28
Los Moros, 1998
I
La mañana va ligera
El mate a la luz de las brasas en la cocina
el viento entre las hojas de los eucaliptos
y las ramas secas que caen sobre el tejado de hojalata
De tanto en tanto, en la chapa ardiendo de la estufa de leña
se evapora la gota que cae del morro de la tetera
Desde la veranda, el peón dice algo
sobre encalar los árboles del parque y luchar contra las hormigas
Pedro Leoncio entra corriendo y pregunta por el veterinario
porque la potra de Raúl está atascada donde los Pinos
Cuatro llamadas de teléfono y todas devuelven el mismo diagnóstico
No se hacen cesáreas al aire libre
Mueren de peritonitis
En los prismáticos, Raúl trae la yegua por el ronzal
Dos patas del potrillo muerto cuelgan por fuera
«Mala suerte»
Tenemos que intentar darle la vuelta al cuello y liberar los hombros
enderezar la cabeza estrangulada por las contracciones
O empujar las patas de nuevo hacia dentro
girar el potrillo hasta alcanzar el hocico
y tirar de las fosas nasales
En el corral, Raúl Falcao manea la potra
Le dobla la rodilla con delicadeza y la acuesta de lado
Después forcejea, con el brazo entero dentro, en vano
Sujeta una de las patas del potrillo con un lazo
y pide a Secundino Cardozo que tire de él con el caballo
Cardoso ata el lazo a la anilla del basto
Monta y espolea. Tirón seco. Nada.
Se apea y con un cuchillo de campo amputa la articulación
Intenta girar el tocón del hueso unos centímetros
La potra gateada se entrega a los brazos del hombre
Raúl consigue agarrar el mentón del potrillo
en el instante en el que una contracción expulsa primero medio metro
luego un metro, del intestino hacia fuera
«Se fue a la mierda», dice Raúl
con un pedazo de lengua entre los dedos
«A la mierda se fue», responde Secundino Cardozo
Raúl Falcao suelta el botón de la manea
y lleva su potra al paso, al potrero de la tropilla
las tripas golpean los jarretes
y un pequeño casco apunta hacia arriba
Me oigo preguntar si va a enviarla al campo así
para que muera de septicemia de aquí a tres días
«Y yo no me animo a matarla, don Tomás»
II
El primer disparo del 38 fue junto a la oreja izquierda
una pulgada hacia abajo
Ella sacude la cabeza como para ahuyentar un moscardón
y sangra por la nariz
No se cae. Es mediodía
El cobertizo parece en ruinas bajo el sol a plomo
Solo las dos viejas yeguas moras, compañeras de potrero
con las que Raúl trajo al paso la potra desde los Pinos
una a cada lado, huelen el feto y la placenta,
parecen vivas en este momento
La segunda bala dio en el cuello
y la tercera, por rabia de dios y del reino de dios, en medio de la frente
Los tres animales se alejan caminando
¿Balas viejas? ¿Es inmortal la gateada?
Me recuerda esa pelea en el recreo
en la que el niño sonreía sin sentir nada por mucho que le pegara
Una culebra verde sale de los bambúes y se aleja
«Yo alma de indio, yo sin miedo a serpienteporque yo corazón puro»
El campo quieto, como si alguien hubiera pecado
Caminamos detrás de las yeguas por el parque
la procesión silenciosa desde el bosque de bambúes hasta los eucaliptos
el rastro de sangre hasta la valla de la huerta
Zumbido de disparo en el oído
El viento que sacude el follaje de los eucaliptos
trae terreros de candomblé y hechizos
Tres disparos más. Por fin cae, respira
Barril vacío, aire de pólvora en el porche
La piel del brazo se estira reseca
de la placenta y la piel de potro podrido
Nadie se arrepiente del sacrificio
de las ovejas semanales que alimentan el rancho
Cordero de Dios y los pecados del mundo
Pero el caballo es sagrado para el hombre de campo
más incluso, quizás, que otro hombre de campo
Quien viene de Río de Janeiro a Río Negro
de aquella vida a esta, conmovido en ambas
pasa fácilmente por alto una realidad por otra
El que puso el brazo
en un vientre preñado sabe la urgencia de la vida que allí palpita
Todo es sagrado
Está acostada, mueve los oídos al sonido de los pasos
Se levanta. Ya no huye
La séptima bala
Se empina con el impacto. Cae y patalea
Tan pequeño es el cerebro del caballo
El ojo parpadea y llora
Es real, no es esto en absoluto: un poema
En su ojo la lágrima
por tener algo que hacer, avanza y cuenta
uno por uno, siete agujeros
y un asco sin resignación por toda la naturaleza
Y por el hombre, pastor de la vida y de la muerte
III
De vuelta de Paso de los Toros trae cal para los árboles
balas del 38, vino, cerveza, pan negro
una pala de pozo, un lazo y veneno para hormigas
Dos yeguas moras custodian el cadáver ya desollado
Las ensillaba el abuelo, que murió hace más de quince años
pero presente en todo lo que aquí se hace
Falcão no mira a nadie a la cara
Nadie mira a Raul Falcão a la cara
A caballo, en el campo, más tarde
Pedro dice que no se mata por piedad
Que matar por piedad es como sangrar a una oveja y preocuparse
Ella se desangra y sigue viva, mirándote
dice sin apartar la vista del horizonte
Así que esto es todo, resignación e indiferencia
Nunca pude con la indiferencia
«Le gardien du troupeau chante tout doucement
tandis que lentes et meuglant les vaches abandonnent
Pour toujours ce grand pré mal fleuri par l’automne»
Para siempre, cuando van a los mataderos, van para siempre
como nosotros iremos a su debido tiempo
Y ese, el de Pedro Leoncio
fue el único y último comentario de lo sucedido
4
Río de Janeiro, 1982
Es un peculiar lector de poesía
Solo se interesa por algunos poemas de unos pocos poetas
Y es raro que el poema elegido permanezca entero en él
apagado por el relámpago de aquel verso único que lo captura
Habiendo conocido la fuerza de esa experiencia leyendo
está decidido a repetirla también escribiendo
Persigue la centella, el rapto repentino
de la vida por el lenguaje
No le interesan los poetas
Leer lo que se escribe sobre ellos y sus obras
es para él cometer una especie de sacrilegio
¿Para qué disecar la estructura de un poema
contextualizarlo en la vida del autor y en la galería del idioma
ponerle un ismo, si lo que vale está allí, en sí mismo?
Sí, se sabe
Hay una industria alrededor del verso
guiando la voz después de ser oída
que también es conocimiento
Pero para él hay más en lo que desconoce de Safo de lo que sabe sobre Rimbaud
O Vinícius
La Literatura, es decir, la suma de sus lecturas esenciales
resiste a ser un todo definido y definitivo
Pensar en un contexto poético brasileño
restringir el poema a su lengua
le parece lo mismo que reducir un hombre a su especie
Si termina aprendiendo idiomas
no lo hace a través de estudios sistemáticos
(como la lógica, la gramática lo tortura)
sino a través de la poesía y con un diccionario
En otras palabras
si aprende una lengua es para leer poemas
Traduce para tomar posesión
Es un proceso de revelaciones
A menudo, en el primer entendimiento
turbio y dudoso
la impresión es de acercarse tanto
al origen del verso en la mente del autor
cuanto del silencio donde las palabras surgen
Aprender un idioma a través del poema
remite al silencio donde nacen las palabras
que es el mismo de la poesía
[trad. Rafael Courtoisie]
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Escribe incluso cuando nada tiene sentido
Y busca lo que, en principio, ignora si puede ser dicho
Mucho más allá de su falta de dominio del lenguaje
Ensaya sin estilo alguno o tono de voz adecuado
La fuente del pensamiento la ha secado un silencio
que se reaviva en cuanto no encuentra las palabras
Extraño que irradie algo, es una esencia y no dura
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Vive sin dinero para comprar los libros que le gustaría
Así que, cuando puede darse el lujo de uno
espera el momento en que está vacío, en blanco
y más abierto al mundo
Todo un ritual interior
Llega al final de la tarde y en ayunas
Es importante que la poesía lo alcance con el nuevo poeta
desaguándo
Que haga crecer versos repentinos o diseñar esbozos
en un sólo gesto de trazo continuo sobre la página en blanco del libro recién
abierto
Un solo gesto suavemente exhalado
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San Giorgio, 1988
Recuerdo que el olor de albahaca
repelía el olor marino y planeaba sobre un mar plano
de plata
Vino negro en garrafas de tres litros
y aceitunas verdes con hueso
Los guijarros lisos y redondos en la playa sin arena
La falta que hacía de un embarcadero en la ensenada
Se sumergía para enganchar el ancla
de cada velero que venía de Stromboli
en argollas fijadas a las rocas del fondo del mar
Le llamaban Marocchino, por el moreno del sol
y, dicho por Don Turi, el día en que nos conocimos,
istu caruso ave a etati du tempu vecchiu
Sicilia de mujeres inquietas, aterciopeladas y maduras
que guía el zodíaco y el sudor amargo
Un zodíaco que gira más cerca de la montaña que del cielo
Sicilia
por nosotros enternecía su mirada sobre cada cosa
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Desde el primer poema
trata de captar el gesto con el lenguaje
Aunque la palabra en el papel
sea por naturaleza una herramienta estática
hacer del verso una fuerza vital ante la mirada
es el desafío al que aquí se enfrenta
De ahí que muchas piezas resistan el acabado
y transmitan una coreografía tan incompleta
como en continua transformación
En cuanto al contenido
la vida solo resiste en el papel si lleva en sí el misterio
Conocimiento que lleva a lo desconocido
como componente interno y externo
al mismo tiempo
Visto así, lo real en esta poesía
tal vez sea sólo una astilla, una grieta a lo inaccesible
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Al final, si no es capaz de penetrar en lo no dicho
ni crear una poética de lo innominado
como pretende en tantas épocas
en que el silencio lo confronta con los límites de su voz
al autor de estos poemas al menos le queda haberlo intentado
En cuanto a mí, que con él fui otros, siendo siempre nadie
no saber lo que se ha logrado hace que todo sea vago
Hay un caos turbio
que sólo a veces, de paso, parece cristalino
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La poesía no tiene nada que ver con las palabras
Estoy seguro de ello
Las palabras son un medio rudimentario de transmisión
de algo que está más allá del alcance del pensamiento
El poema hace gravitar esta distancia
La atrae, pero no la incorpora.
Se ha dicho que escuchar por primera vez
el nombre de lo que será el pájaro
hace que el pájaro
no vuelva a ser ya nunca el mismo
Por aproximación
la poesía sería lo que se pierde para el nombre
Hay un significado allí, pero no sabes cuál
Excepto que la pérdida nutre
* Al final de la entrada aparece la versión original en portugués
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Los Moros, 1998
I
A manhã vai leve
O mate à luz de brasa na cozinha
o vento na folhagem dos eucaliptos
e os ramos secos caindo na lata do telhado
De tanto em tanto, a chapa fervente do fogão à lenha
evapora a gota pingada do bico do bule
Da varanda, o caseiro diz algo
sobre caiar as árvores do parque e combater formigas
Pedro Leôncio entra apressado e pede pelo veterinário
porque a petiça do Raul está atracada lá nos Pinos
Quatro telefonemas e todos devolvem o mesmo diagnóstico
Não se faz cesariana a campo aberto
Morrem de peritonite
No binóculo, Raul traz a égua pelo cabresto
Duas patas do potrilho morto pendem para fora
Mala suerte
Há que se tentar virar o pescoço e livrá-lo dos ombros
endireitando a cabeça estrangulada pelas contrações
Ou empurrar as patas de volta para dentro
girar o potrilho de modo que se alcance o focinho
e trazê-lo pelas narinas
Na mangueira, Raul Falcão maneia a petiça
Com delicadeza dobra seu joelho e a deita de lado
Depois forceja, braço inteiro dentro, em vão
Laça uma das patas do potrilhinho
e pede a Secundino Cardozo que dê um tirão de laço a cavalo
Cardoso prende o laço na argola do basto
Monta e esporeia. Tirão seco. Nada.
Apeia e com faca de campo amputa na articulação
Tenta mover o toco de osso uns centímetros de volta
A peticinha gateada está entregue ao braço do homem
Raul consegue alcançar o queixo do potrilho
no instante em que a contração bota primeiro meio metro
logo um metro, do intestino para fora
Se fué a la mierda, diz o Raul
com um pedaço de língua entre os dedos
A la mierda se fué, responde Secundino Cardozo
Raul Falcão solta a presilha da maneia
e leva sua éguinha ao passo, para o piquete
A tripa batendo nos garrões
e um pequeno casco apontando para cima
Me ouço perguntar se vai mandá-la ao campo assim
para que morra de septicemia daqui a três dias
– Y yo no me animo a matarla, don Tomás.
II
O primeiro tiro de 38 foi ao lado da orelha esquerda
uma polegada para baixo
Ela balança a cabeça como se espantasse mutuca
e bota sangue pela narina
Não cai. É meio-dia
O galpão parece tapera ao sol a pino
Só as duas velhas éguas mouras, companheiras de potreiro
com que Raul amadrinhou o andar da peticinha desde os Pinos
uma de cada lado, olfateando o feto e a placenta,
parecem vivas nesse momento
A segunda bala acertou o pescoço
e a terceira, por raiva de deus e do reino de deus, no meio da testa
Os três animais se afastam caminhando
Balas velhas? A gateadinha é imortal?
Faz lembrar aquela briga no recreio
em que o menino sorria sem sentir nada por mais que fosse socado
Uma cobra verde sai do taquaral e passa em frente
Mim alma de índio, mim sem medo de cobra
porque mim coração puro
O campo quieto, como se alguém pecasse
Caminhando atrás das éguas ao redor do parque
o cortejo silencioso do taquaral aos eucaliptos
a trilha de sangue até a cerca da horta
Zumbido de tiro no ouvido
O vento que nos eucaliptos agita a folhagem
traz terreiros e despachos
Mais três disparos. Por fim cai, respirando
Tambor vazio, ar de pólvora na varanda
A pele do braço estica ressecada de placenta
com pêlo do potrilho podre
Ninguém lamenta o sacrifício
da ovelha semanal que alimenta a estância
Cordeiro de Deus e os pecados do mundo
Mas o cavalo é sagrado para o homem do campo
mais até, talvez, que outro homem de campo
Quem vem do Rio de Janeiro ao Rio Negro
daquela vida para esta, comovido em ambas
facilmente perde uma realidade pela outra
Quem quer que tenha posto o braço
em um ventre prenhe sabe da urgência de vida que pulsa ali
Tudo é sagrado
Está deitada, trocando orelhas para o som dos passos
Se ergue. Já não foge.
A sétima bala
Empina com o impacto. Cai e pataleia
Tão pequeno o cérebro do cavalo
O olho pisca e lacrimeja
É real, não é de maneira alguma isto: um poema
No seu olho a lágrima
Para ter o que fazer, para avançar contando
um por um, sete orifícios
e uma repulsa sem resignação por toda a natureza
E pelo homem, pastor da vida e da morte
III
A volta de Paso de los Toros traz cal para as árvores
balas 38, vinho, cerveja, pão preto
uma pá de poceador, um laço e veneno para formigas
Duas éguas mouras sentinelam o cadáver já lonqueado
Eram do andar do avô, morto há mais de 15 anos
mas presente em tudo o que é feito aqui
Falcão não olha ninguém na cara
ninguém olha na cara do Raul Falcão
Campereando, mais tarde
Pedro diz que não se mata com pena
Que matar com pena é que nem sangrar ovelha se importando
Ela se esvai em sangue e segue viva, te olhando
diz sem desviar a vista do horizonte
Então é isto, resignação e indiferença
Nunca pude com a indiferença
Le gardien du troupeau chante tout doucement
tandis que lentes et meuglant les vaches abandonnent
Pour toujours ce grand pré mal fleuri par l’automne
Para sempre, quando vão aos matadouros, vão para sempre
como nós iremos no justo tempo
E aquele, o do Pedro Leôncio
foi o único e o último comentário sobre o acontecido
4
Rio de Janeiro, 1982
Peculiar leitor de poesia
Só se interessa por alguns poemas de uns poucos poetas
E mesmo o poema escolhido rara vez permanece inteiro
apagado pelo clarão daquele verso único que o captura
Tendo conhecido a força dessa experiência lendo
está determinado a repeti-la também escrevendo
Persegue a centelha, o rapto repentino
da vida pela linguagem
Não nutre interesse algum nos poetas
Ler o que se escreve sobre eles e sobre as suas obras
lhe parece uma espécie de sacrilégio
Para que dissecar a estrutura de um poema
contextualizá-lo na vida do autor e na galeria da língua
embutir-lhe um ismo, se o que vale já está ali, nele mesmo?
Sim, é sabido
Há toda uma indústria em torno do verso
guiando a voz depois de ouvida
que também é conhecimento
Mas para ele há mais no que ignora de Safo do que sabe sobre Rimbaud
Ou Vinícius
A Literatura, ou seja, a soma das suas leituras essenciais
resiste a ser um todo definido e definitivo
Pensar num contexto poético brasileiro
restringir o poema à sua língua
lhe parece o mesmo que reduzir o homem à sua espécie
Se termina por aprender idiomas
não o faz através de um curso sistemático
(como a lógica, a gramática o tortura)
mas através da poesia e com um dicionário
Dito em outras palavras
Se aprende uma língua é para ler poemas
Traduz para tomar posse
É um processo de revelações
Muitas vezes, no primeiro entendimento
dúbio e nebuloso
a impressão é de ter se aproximado tanto
da origem do verso na mente do autor
quanto daquele silêncio onde as palavras se formam
Aprender um idioma através do poema
remete ao silêncio onde nascem as palavras
que é o mesmo da poesia
10
Escreve mesmo quando nada faz sentido
E busca o que, a princípio, ignora se pode ser dito
Muito além da sua falta de poder sobre a linguagem
Tenta sem estilo algum ou tom de voz adequado
A fonte do pensamento é drenada por um silêncio
que se reaviva enquanto não encontra as palavras
Raro que algo irradie, é uma essência e não dura
11
Vive sem dinheiro para comprar os livros que gostaria
Assim, quando pode dar-se o luxo de um
espera o momento em que está vazio, em branco
e mais aberto ao mundo
Todo um ritual interior
Vai ao fim da tarde e em jejum
Importa que a poesia o alcance com o novo poeta
Em deságue
Que faça escrever versos repentinos ou desenhar esboços
num só gesto de traço contínuo na página em branco do livro
recém-aberto
Um só gesto suavemente expirado
12
San Giorgio, 1988
Recordo que o aroma de basílico
repelia a maresia e pairava sobre um mar plano
de prata
Do vinho negro em garrafas de três litros
e azeitonas verdes carocentas
Dos seixos lisos e redondos na praia sem areia
Da falta que fazia um embarcadouro na enseada
Ele mergulhava para enganchar a âncora
de cada veleiro vindo de Stromboli
em argolas chumbadas fundo no cascalho do mar
Foi chamado Marocchino, pelo moreno do sol
e, dito por Don Turi, no dia em que nos conhecemos
istu caruso ave a etati du tempu vecchiu
Sicília de mulheres inquietas, veludas e maduras
regidas pelo zodíaco e pelo suor amargo
Um zodíaco que gira mais perto da montanha que do céu
Sicília
enternecia por nós seu olhar em cada coisa
34
Desde o primeiro poema
tenta captar o gesto com a linguagem
Mesmo que a palavra no papel
seja por natureza uma ferramenta estática
fazer do verso uma força vital diante do olhar
é o desafio enfrentado aqui
Daí que muitas peças resistam ao acabado
e transmitam uma coreografia tão incompleta
quanto em contínua transformação
Em relação ao conteúdo
a vida só resiste no papel se em si traz o mistério
Conhecimento que remete ao desconhecido
como a um componente interno e externo
ao mesmo tempo
Visto assim, o real nesta poesia
talvez seja apenas uma nesga, uma fresta ao inacessível
35
No fim, se não é capaz de penetrar no não dito
nem de criar uma poética do inominado
como pretende nas tantas estações
em que o silêncio o confronta com os limites da sua voz
ao autor destes poemas pelo menos resta ter tentado
Já em mim, que com ele fui outros sendo sempre ninguém
não saber o que foi alcançado torna tudo vago
Há um caos turvo
que só às vezes, de passagem, parece cristalino
36
A poesia não tem maior relação com as palavras
estou certo disso
As palavras são um meio rudimentar de transmissão
de algo que está fora do alcance do pensamento
O poema faz com que essa distância gravite
A atrai, mas não a incorpora
Foi dito que ouvir pela primeira vez
o nome daquilo que será o pássaro
faz com que o pássaro
nunca mais seja o mesmo novamente
Por aproximação
a poesia seria o que se perde para o nome
Há um sentido ali, mas não se sabe qual