lunes, 30 de enero de 2023

Thomaz Albornoz Neves / En la capucha del mirar







Thomaz Albornoz Neves

































La poesía de Thomaz Albornoz es, a lo largo de los años, interiorista y exteriorista. El poeta combina con maestría el uso de la función connotativa del lenguaje y logra dar cuenta de una profunda percepción de la naturaleza íntima de los objetos, de las acciones humanas y de sí mismo, de ese yo lírico intransferible y reconocible. Por otro lado, el mundo poético de Albornoz está notoriamente vinculado a la realidad que todos vemos y palpamos, emplea la función denotativa del lenguaje para que el referente siempre se perciba concreto y claro, reconocible pero transformado por el acto de creación. 

Su obra poética de más de tres décadas de constante trabajo muestra a Thomaz Albornoz Neves como uno de los autores más importantes del Brasil contemporáneo. La suya es una propuesta sólida y comunicativa, es un poeta pleno que explora e interroga el misterio en una ceremonia pletórica de luz y palabra.


Rafael Courtoisie 








Publicamos a continuación una selección de poemas del libro –inédito en español– No Capuz do Olhar (2018) de Thomaz Albornoz Nevesen versión del propio autor en colaboración con Misael Ruiz; salvo el poema 4, traducido por Rafael Courtoisie. Los poemas originales en portugués aparecen al final de la entrada.

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28  



Los Moros, 1998



I


La mañana va ligera

El mate a la luz de las brasas en la cocina

el viento entre las hojas de los eucaliptos

y las ramas secas que caen sobre el tejado de hojalata

De tanto en tanto, en la chapa ardiendo de la estufa de leña

se evapora la gota que cae del morro de la tetera


Desde la veranda, el peón dice algo

sobre encalar los árboles del parque y luchar contra las hormigas

Pedro Leoncio entra corriendo y pregunta por el veterinario

porque la potra de Raúl está atascada donde los Pinos


Cuatro llamadas de teléfono y todas devuelven el mismo diagnóstico

No se hacen cesáreas al aire libre

Mueren de peritonitis

En los prismáticos, Raúl trae la yegua por el ronzal

Dos patas del potrillo muerto cuelgan por fuera

«Mala suerte»


Tenemos que intentar darle la vuelta al cuello y liberar los hombros

enderezar la cabeza estrangulada por las contracciones

O empujar las patas de nuevo hacia dentro

girar el potrillo hasta alcanzar el hocico

y tirar de las fosas nasales


En el corral, Raúl Falcao manea la potra

Le dobla la rodilla con delicadeza y la acuesta de lado

Después forcejea, con el brazo entero dentro, en vano

Sujeta una de las patas del potrillo con un lazo

y pide a Secundino Cardozo que tire de él con el caballo

Cardoso ata el lazo a la anilla del basto  

Monta y espolea. Tirón seco. Nada.


Se apea y con un cuchillo de campo amputa la articulación

Intenta girar el tocón del hueso unos centímetros

La potra gateada se entrega a los brazos del hombre

Raúl consigue agarrar el mentón del potrillo

en el instante en el que una contracción expulsa primero medio metro

luego un metro, del intestino hacia fuera


«Se fue a la mierda», dice Raúl

con un pedazo de lengua entre los dedos

«A la mierda se fue», responde Secundino Cardozo

Raúl Falcao suelta el botón de la manea

y lleva su potra al paso, al potrero de la tropilla

las tripas golpean los jarretes

y un pequeño casco apunta hacia arriba

Me oigo preguntar si va a enviarla al campo así

para que muera de septicemia de aquí a tres días


«Y yo no me animo a matarla, don Tomás»




II


El primer disparo del 38 fue junto a la oreja izquierda

una pulgada hacia abajo

Ella sacude la cabeza como para ahuyentar un moscardón

y sangra por la nariz


No se cae. Es mediodía


El cobertizo parece en ruinas bajo el sol a plomo

Solo las dos viejas yeguas moras, compañeras de potrero

con las que Raúl trajo al paso la potra desde los Pinos

una a cada lado, huelen el feto y la placenta,

parecen vivas en este momento


La segunda bala dio en el cuello

y la tercera, por rabia de dios y del reino de dios, en medio de la frente

Los tres animales se alejan caminando

¿Balas viejas? ¿Es inmortal la gateada?

Me recuerda esa pelea en el recreo

en la que el niño sonreía sin sentir nada por mucho que le pegara

Una culebra verde sale de los bambúes y se aleja

«Yo alma de indio, yo sin miedo a serpiente

porque yo corazón puro»

El campo quieto, como si alguien hubiera pecado


Caminamos detrás de las yeguas por el parque

la procesión silenciosa desde el bosque de bambúes hasta los eucaliptos

el rastro de sangre hasta la valla de la huerta

Zumbido de disparo en el oído 

El viento que sacude el follaje de los eucaliptos

trae terreros de candomblé y hechizos

Tres disparos más. Por fin cae, respira

Barril vacío, aire de pólvora en el porche

La piel del brazo se estira reseca

de la placenta y la piel de potro podrido


Nadie se arrepiente del sacrificio

de las ovejas semanales que alimentan el rancho

Cordero de Dios y los pecados del mundo


Pero el caballo es sagrado para el hombre de campo

más incluso, quizás, que otro hombre de campo

Quien viene de Río de Janeiro a Río Negro

de aquella vida a esta, conmovido en ambas

pasa fácilmente por alto una realidad por otra

El que puso el brazo

en un vientre preñado sabe la urgencia de la vida que allí palpita


Todo es sagrado


Está acostada, mueve los oídos al sonido de los pasos

Se levanta. Ya no huye

La séptima bala

Se empina con el impacto. Cae y patalea

Tan pequeño es el cerebro del caballo

El ojo parpadea y llora

Es real, no es esto en absoluto: un poema

En su ojo la lágrima

por tener algo que hacer, avanza y cuenta 

uno por uno, siete agujeros

y un asco sin resignación por toda la naturaleza

Y por el hombre, pastor de la vida y de la muerte

 



III


De vuelta de Paso de los Toros trae cal para los árboles

balas del 38, vino, cerveza, pan negro

una pala de pozo, un lazo y veneno para hormigas

Dos yeguas moras custodian el cadáver ya desollado

Las ensillaba el abuelo, que murió hace más de quince años

pero presente en todo lo que aquí se hace


Falcão no mira a nadie a la cara

Nadie mira a Raul Falcão a la cara

A caballo, en el campo, más tarde

Pedro dice que no se mata por piedad

Que matar por piedad es como sangrar a una oveja y preocuparse

Ella se desangra y sigue viva, mirándote

dice sin apartar la vista del horizonte

Así que esto es todo, resignación e indiferencia

Nunca pude con la indiferencia 


«Le gardien du troupeau chante tout doucement 

tandis que lentes et meuglant les vaches abandonnent 

Pour toujours ce grand pré mal fleuri par l’automne» 


Para siempre, cuando van a los mataderos, van para siempre

como nosotros iremos a su debido tiempo

Y ese, el de Pedro Leoncio

fue el único y último comentario de lo sucedido








4  



Río de Janeiro, 1982 



Es un peculiar lector de poesía 

Solo se interesa por algunos poemas de unos pocos poetas 

Y es raro que el poema elegido permanezca entero en él 

apagado por el relámpago de aquel verso único que lo captura 


Habiendo conocido la fuerza de esa experiencia leyendo 

está decidido a repetirla también escribiendo 

Persigue la centella, el rapto repentino 

de la vida por el lenguaje 


No le interesan los poetas 

Leer lo que se escribe sobre ellos y sus obras 

es para él cometer una especie de sacrilegio 

¿Para qué disecar la estructura de un poema 

contextualizarlo en la vida del autor y en la galería del idioma 

ponerle un ismo, si lo que vale está allí, en sí mismo? 


Sí, se sabe

Hay una industria alrededor del verso 

guiando la voz después de ser oída 

que también es conocimiento 

Pero para él hay más en lo que desconoce de Safo de lo que sabe sobre Rimbaud 

O Vinícius 


La Literatura, es decir, la suma de sus lecturas esenciales 

resiste a ser un todo definido y definitivo 

Pensar en un contexto poético brasileño 

restringir el poema a su lengua 

le parece lo mismo que reducir un hombre a su especie 


Si termina aprendiendo idiomas

no lo hace a través de estudios sistemáticos

(como la lógica, la gramática lo tortura)

sino a través de la poesía y con un diccionario


En otras palabras

si aprende una lengua es para leer poemas

Traduce para tomar posesión

Es un proceso de revelaciones

A menudo, en el primer entendimiento

turbio y dudoso

la impresión es de acercarse tanto 

al origen del verso en la mente del autor

cuanto del silencio donde las palabras surgen


Aprender un idioma a través del poema 

remite al silencio donde nacen las palabras

que es el mismo de la poesía 



                                             [trad. Rafael Courtoisie]








10  



Escribe incluso cuando nada tiene sentido

Y busca lo que, en principio, ignora si puede ser dicho


Mucho más allá de su falta de dominio del lenguaje

Ensaya sin estilo alguno o tono de voz adecuado


La fuente del pensamiento la ha secado un silencio

que se reaviva en cuanto no encuentra las palabras


Extraño que irradie algo, es una esencia y no dura









11  



Vive sin dinero para comprar los libros que le gustaría

Así que, cuando puede darse el lujo de uno

espera el momento en que está vacío, en blanco

y más abierto al mundo


Todo un ritual interior


Llega al final de la tarde y en ayunas

Es importante que la poesía lo alcance con el nuevo poeta

desaguándo

Que haga crecer versos repentinos o diseñar esbozos

en un sólo gesto de trazo continuo sobre la página en blanco del libro recién

     abierto


Un solo gesto suavemente exhalado










12   



San Giorgio, 1988



Recuerdo que el olor de albahaca

repelía el olor marino y planeaba sobre un mar plano

de plata


Vino negro en garrafas de tres litros  

y aceitunas verdes con hueso

Los guijarros lisos y redondos en la playa sin arena


La falta que hacía de un embarcadero en la ensenada


Se sumergía para enganchar el ancla

de cada velero que venía de Stromboli

en argollas fijadas a las rocas del fondo del mar


Le llamaban Marocchino, por el moreno del sol

y, dicho por Don Turi, el día en que nos conocimos, 

istu caruso ave a etati du tempu vecchiu


Sicilia de mujeres inquietas, aterciopeladas y maduras

que guía el zodíaco y el sudor amargo

Un zodíaco que gira más cerca de la montaña que del cielo


Sicilia

por nosotros enternecía su mirada sobre cada cosa









34



Desde el primer poema

trata de captar el gesto con el lenguaje

Aunque la palabra en el papel

sea por naturaleza una herramienta estática

hacer del verso una fuerza vital ante la mirada

es el desafío al que aquí se enfrenta


De ahí que muchas piezas resistan el acabado

y transmitan una coreografía tan incompleta

como en continua transformación


En cuanto al contenido

la vida solo resiste en el papel si lleva en sí el misterio

Conocimiento que lleva a lo desconocido

como componente interno y externo

al mismo tiempo


Visto así, lo real en esta poesía

tal vez sea sólo una astilla, una grieta a lo inaccesible










35 



Al final, si no es capaz de penetrar en lo no dicho

ni crear una poética de lo innominado

como pretende en tantas épocas

en que el silencio lo confronta con los límites de su voz

al autor de estos poemas al menos le queda haberlo intentado

En cuanto a mí, que con él fui otros, siendo siempre nadie

no saber lo que se ha logrado hace que todo sea vago

Hay un caos turbio

que sólo a veces, de paso, parece cristalino










36



La poesía no tiene nada que ver con las palabras

Estoy seguro de ello

Las palabras son un medio rudimentario de transmisión

de algo que está más allá del alcance del pensamiento

El poema hace gravitar esta distancia

La atrae, pero no la incorpora.

Se ha dicho que escuchar por primera vez

el nombre de lo que será el pájaro

hace que el pájaro

no vuelva a ser ya nunca el mismo

Por aproximación

la poesía sería lo que se pierde para el nombre

Hay un significado allí, pero no sabes cuál

Excepto que la pérdida nutre








* Al final de la entrada aparece la versión original en portugués


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THOMAZ ALBORNOZ NEVES (Sant’Ana do Livramento, Brasil, 1963). Años antes de ser publicado ya viajaba por el interior de Brasil, Sudamérica y Portugal leyendo sus poemas. Estudia Derecho e Historiografía Literaria. Participa activamente en la revista Poesia Sempre. Ha publicado los libros de poesía, Renée (1985), O sono (1989), Sol sem imagem (1996), Exílio (2008), Versos para poemas não escritos (2015) y No capuz do olhar (2018). Su obra ha sido traducida al español por Blanca Varela, Rafael Courtoisie y Rodolfo Alonso. Actualmente, vive del campo en la frontera entre Brasil y Uruguay.


RAFAEL COURTOISIE (Montevideo, Uruguay, 1958) es un poeta, narrador y ensayista miembro de la Academia Nacional de Letras de Uruguay. Ha recibido numerosos premios y ha publicado, entre muchos otros, Antología inventada (2020, Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma).



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28 


Los Moros, 1998



I


A manhã vai leve

O mate à luz de brasa na cozinha 

o vento na folhagem dos eucaliptos 

e os ramos secos caindo na lata do telhado

De tanto em tanto, a chapa fervente do fogão à lenha 

evapora a gota pingada do bico do bule


Da varanda, o caseiro diz algo 

sobre caiar as árvores do parque e combater formigas

Pedro Leôncio entra apressado e pede pelo veterinário

porque a petiça do Raul está atracada lá nos Pinos


Quatro telefonemas e todos devolvem o mesmo diagnóstico

Não se faz cesariana a campo aberto

Morrem de peritonite

No binóculo, Raul traz a égua pelo cabresto

Duas patas do potrilho morto pendem para fora

Mala suerte


Há que se tentar virar o pescoço e livrá-lo dos ombros

endireitando a cabeça estrangulada pelas contrações

Ou empurrar as patas de volta para dentro

girar o potrilho de modo que se alcance o focinho

e trazê-lo pelas narinas


Na mangueira, Raul Falcão maneia a petiça 

Com delicadeza dobra seu joelho e a deita de lado

Depois forceja, braço inteiro dentro, em vão

Laça uma das patas do potrilhinho 

e pede a Secundino Cardozo que dê um tirão de laço a cavalo

Cardoso prende o laço na argola do basto

Monta e esporeia. Tirão seco. Nada. 


Apeia e com faca de campo amputa na articulação

Tenta mover o toco de osso uns centímetros de volta

A peticinha gateada está entregue ao braço do homem

Raul consegue alcançar o queixo do potrilho 

no instante em que a contração bota primeiro meio metro

logo um metro, do intestino para fora


Se fué a la mierda, diz o Raul 

com um pedaço de língua entre os dedos

A la mierda se fué, responde Secundino Cardozo

Raul Falcão solta a presilha da maneia 

e leva sua éguinha ao passo, para o piquete

A tripa batendo nos garrões 

e um pequeno casco apontando para cima

Me ouço perguntar se vai mandá-la ao campo assim

para que morra de septicemia daqui a três dias


Y yo no me animo a matarla, don Tomás. 




II


O primeiro tiro de 38 foi ao lado da orelha esquerda

uma polegada para baixo

Ela balança a cabeça como se espantasse mutuca 

e bota sangue pela narina


Não cai. É meio-dia


O galpão parece tapera ao sol a pino

Só as duas velhas éguas mouras, companheiras de potreiro

com que Raul amadrinhou o andar da peticinha desde os Pinos 

uma de cada lado, olfateando o feto e a placenta, 

parecem vivas nesse momento


A segunda bala acertou o pescoço 

e a terceira, por raiva de deus e do reino de deus, no meio da testa

Os três animais se afastam caminhando

Balas velhas? A gateadinha é imortal?

Faz lembrar aquela briga no recreio

em que o menino sorria sem sentir nada por mais que fosse socado

Uma cobra verde sai do taquaral e passa em frente

Mim alma de índio, mim sem medo de cobra

porque mim coração puro

O campo quieto, como se alguém pecasse


Caminhando atrás das éguas ao redor do parque

o cortejo silencioso do taquaral aos eucaliptos

a trilha de sangue até a cerca da horta

Zumbido de tiro no ouvido 

O vento que nos eucaliptos agita a folhagem 

traz terreiros e despachos

Mais três disparos. Por fim cai, respirando

Tambor vazio, ar de pólvora na varanda

A pele do braço estica ressecada de placenta

com pêlo do potrilho podre 


Ninguém lamenta o sacrifício 

da ovelha semanal que alimenta a estância

Cordeiro de Deus e os pecados do mundo


Mas o cavalo é sagrado para o homem do campo

mais até, talvez, que outro homem de campo 

Quem vem do Rio de Janeiro ao Rio Negro

daquela vida para esta, comovido em ambas

facilmente perde uma realidade pela outra

Quem quer que tenha posto o braço

em um ventre prenhe sabe da urgência de vida que pulsa ali


Tudo é sagrado


Está deitada, trocando orelhas para o som dos passos 

Se ergue. Já não foge. 

A sétima bala

Empina com o impacto. Cai e pataleia

Tão pequeno o cérebro do cavalo

O olho pisca e lacrimeja

É real, não é de maneira alguma isto: um poema

No seu olho a lágrima

Para ter o que fazer, para avançar contando

um por um, sete orifícios

e uma repulsa sem resignação por toda a natureza 

E pelo homem, pastor da vida e da morte 




III


A volta de Paso de los Toros traz cal para as árvores

balas 38, vinho, cerveja, pão preto 

uma pá de poceador, um laço e veneno para formigas

Duas éguas mouras sentinelam o cadáver já lonqueado 

Eram do andar do avô, morto há mais de 15 anos 

mas presente em tudo o que é feito aqui 


Falcão não olha ninguém na cara

ninguém olha na cara do Raul Falcão

Campereando, mais tarde

Pedro diz que não se mata com pena

Que matar com pena é que nem sangrar ovelha se importando

Ela se esvai em sangue e segue viva, te olhando

diz sem desviar a vista do horizonte

Então é isto, resignação e indiferença

Nunca pude com a indiferença 


Le gardien du troupeau chante tout doucement 

tandis que lentes et meuglant les vaches abandonnent 

Pour toujours ce grand pré mal fleuri par l’automne 


Para sempre, quando vão aos matadouros, vão para sempre 

como nós iremos no justo tempo

E aquele, o do Pedro Leôncio

foi o único e o último comentário sobre o acontecido










Rio de Janeiro, 1982




Peculiar leitor de poesia

Só se interessa por alguns poemas de uns poucos poetas

E mesmo o poema escolhido rara vez permanece inteiro 

apagado pelo clarão daquele verso único que o captura


Tendo conhecido a força dessa experiência lendo

está determinado a repeti-la também escrevendo

Persegue a centelha, o rapto repentino 

da vida pela linguagem


Não nutre interesse algum nos poetas

Ler o que se escreve sobre eles e sobre as suas obras 

lhe parece uma espécie de sacrilégio 

Para que dissecar a estrutura de um poema

contextualizá-lo na vida do autor e na galeria da língua

embutir-lhe um ismo, se o que vale já está ali, nele mesmo? 


Sim, é sabido

Há toda uma indústria em torno do verso 

guiando a voz depois de ouvida 

que também é conhecimento

Mas para ele há mais no que ignora de Safo do que sabe sobre Rimbaud 

Ou Vinícius


A Literatura, ou seja, a soma das suas leituras essenciais

resiste a ser um todo definido e definitivo

Pensar num contexto poético brasileiro

restringir o poema à sua língua 

lhe parece o mesmo que reduzir o homem à sua espécie


Se termina por aprender idiomas

não o faz através de um curso sistemático 

(como a lógica, a gramática o tortura)

mas através da poesia e com um dicionário


Dito em outras palavras

Se aprende uma língua é para ler poemas

Traduz para tomar posse

É um processo de revelações

Muitas vezes, no primeiro entendimento

dúbio e nebuloso 

a impressão é de ter se aproximado tanto 

da origem do verso na mente do autor

quanto daquele silêncio onde as palavras se formam


Aprender um idioma através do poema 

remete ao silêncio onde nascem as palavras

que é o mesmo da poesia








10 



Escreve mesmo quando nada faz sentido

E busca o que, a princípio, ignora se pode ser dito


Muito além da sua falta de poder sobre a linguagem

Tenta sem estilo algum ou tom de voz adequado


A fonte do pensamento é drenada por um silêncio

que se reaviva enquanto não encontra as palavras


Raro que algo irradie, é uma essência e não dura









11



Vive sem dinheiro para comprar os livros que gostaria

Assim, quando pode dar-se o luxo de um

espera o momento em que está vazio, em branco 

e mais aberto ao mundo


Todo um ritual interior 


Vai ao fim da tarde e em jejum

Importa que a poesia o alcance com o novo poeta

Em deságue

Que faça escrever versos repentinos ou desenhar esboços

num só gesto de traço contínuo na página em branco do livro

     recém-aberto

Um só gesto suavemente expirado 










12 



San Giorgio, 1988




Recordo que o aroma de basílico

repelia a maresia e pairava sobre um mar plano

de prata


Do vinho negro em garrafas de três litros

e azeitonas verdes carocentas

Dos seixos lisos e redondos na praia sem areia


Da falta que fazia um embarcadouro na enseada


Ele mergulhava para enganchar a âncora

de cada veleiro vindo de Stromboli

em argolas chumbadas fundo no cascalho do mar


Foi chamado Marocchino, pelo moreno do sol

e, dito por Don Turi, no dia em que nos conhecemos

istu caruso ave a etati du tempu vecchiu


Sicília de mulheres inquietas, veludas e maduras

regidas pelo zodíaco e pelo suor amargo

Um zodíaco que gira mais perto da montanha que do céu


Sicília

enternecia por nós seu olhar em cada coisa









34



Desde o primeiro poema 

tenta captar o gesto com a linguagem

Mesmo que a palavra no papel 

seja por natureza uma ferramenta estática

fazer do verso uma força vital diante do olhar 

é o desafio enfrentado aqui


Daí que muitas peças resistam ao acabado 

e transmitam uma coreografia tão incompleta 

quanto em contínua transformação


Em relação ao conteúdo

a vida só resiste no papel se em si traz o mistério

Conhecimento que remete ao desconhecido 

como a um componente interno e externo 

ao mesmo tempo


Visto assim, o real nesta poesia 

talvez seja apenas uma nesga, uma fresta ao inacessível









35 



No fim, se não é capaz de penetrar no não dito

nem de criar uma poética do inominado 

como pretende nas tantas estações 

em que o silêncio o confronta com os limites da sua voz

ao autor destes poemas pelo menos resta ter tentado

Já em mim, que com ele fui outros sendo sempre ninguém

não saber o que foi alcançado torna tudo vago

Há um caos turvo 

que só às vezes, de passagem, parece cristalino










36



A poesia não tem maior relação com as palavras

estou certo disso

As palavras são um meio rudimentar de transmissão 

de algo que está fora do alcance do pensamento

O poema faz com que essa distância gravite

A atrai, mas não a incorpora

Foi dito que ouvir pela primeira vez

o nome daquilo que será o pássaro

faz com que o pássaro 

nunca mais seja o mesmo novamente

Por aproximação

a poesia seria o que se perde para o nome

Há um sentido ali, mas não se sabe qual