Eliot Weinberger / Un viaje por el río Colorado
Traducción de Aurelio Major
Thimoty O'Sullivan, Colorado River, Looking above from Camp 7, 1871 |
[Los materiales empleados] por Eliot Weinberger en «Un viaje por el río Colorado» […] proceden del célebre Exploration of the Colorado River of the West and its Tributaries, que da cuenta de la exitosa expedición geológica emprendida por John Wesley Powell entre 1869 y 1872. Weinberger abstrae y precisa, condensa, intensifica pasajes, oraciones y sintagmas del original y los reordena para componer un poema río que a su vez cita, a manera de contrapunto, versos y estrofas del himnario religioso tradicional –cantos que habrían entonado los exploradores al enfrentarse a los infortunios del trayecto–, e incluso un pasaje del conocido poema «The Cataract of Lodore» del lakista e hispanista Robert Southey, fustigador, mediante la transformación narrativa de las crónicas, de La expedición de Ursúa y los crímenes de Aguirre en su búsqueda de El Dorado. Las descripciones de los pueblos indígenas en el poema de Weinberger, los topónimos españoles del siglo XVI, cuando otros exploradores españoles buscaban el oro de Cibola y Quivira y el Colorado se llamaba río Tizón, se añaden a los nombres vivazmente acuñados por la expedición de Powell, los cuales a la postre también serán otra capa de un futuro palimpsesto. Todo lo anterior desde la convicción de que el pasado aún existe en su singularidad y especificidad, convocado por la lectura profunda de los materiales compositivos, y que su transformación estética lo renueva bajo el aspecto de poemas cernidos de las memorias de Brooks o la crónica de Powell.
Aurelio Major
Un viaje por el río Colorado
(1869)
Oteros con formas raras. La cabecera del primer cañón: brillantes rocas bermellonas. La llamamos Garganta de las Llamas.
Nos adentramos ya muy ansiosos por el misterioso cañón. Dicen que no se puede navegar. Los indios dicen: “Pila de agua atrapar”.
Medrosos mortales avanzan y se arredran
y permanecen temblorosos en la orilla,
y sienten temor de arrojarse
Los primeros rápidos. Enhebramos el paso a una velocidad vertiginosa: crestas espumosas por encima de nosotros mientras nos zambullimos en sus senos.
Cientos de golondrinas revolotean por los acantilados como enjambres de abejas; la llamamos Punta Colmena.
con la fase diaria del deber porfía